Factura de crédito electrónica, un instrumento para financiarse durante la pandemia
ámbito• 10 de junio 2020 • Por Marcelo Villegas
A partir de la Ley 27.440, comenzó a utilizarse esta herramienta que facilita la operatoria, tanto de las pequeñas como de las grandes compañías.
En tiempos de coronavirus, con la producción en cuarentena y negociación de la deuda argentina, el financiamiento de las empresas y el funcionamiento de su economía es uno de los temas más complejos a resolver. En medio de este panorama, existe una herramienta que se está utilizando cada vez más: la factura de crédito electrónica.
De esta manera, ayuda tanto a la gran empresa, que resuelve pagar a su cadena de proveedores estirando los plazos de pagos y mejorando el manejo de su capital de trabajo; como a la Pyme, a quien le posibilita acceder a una tasa de interés a la que antes no tenía acceso, negociando el instrumento en forma transparente y competitiva.
Pueden usarla todas la Pymes cuando vendan a grandes empresas. O bien, a otras pequeñas y medianas empresas, siempre que acepten el pago con dicho instrumento.
Por otra parte, esta factura también traerá beneficios desde la óptica financiera, ya que representa la creación de un mercado de deuda financiera corporativa de corto plazo, como es el mercado de commercial papers en muchos otros países, que es la deuda más liquida y negociada en los mercados.
No obstante, este instrumento puede ser mejorado en algunos aspectos, como son cuestiones que clarifiquen el tratamiento impositivo respecto al régimen de retención de Impuesto a las Ganancias, cuestiones dudosas como es el régimen de retención acumulado y al tratamiento sancionatorio, para el caso de empresas que no paguen en término sus facturas. Por ejemplo, incluyendo un sistema similar al de la central de cheques y previendo expresamente cual es la tasa de interés por mora en caso de no pago en término.
Esta herramienta constituye un instrumento que, fomentado por las autoridades, puede ayudar a la recuperación post pandemia, tanto a las grandes empresas como a las Pymes, canalizando muchos fondos del público a este tipo de financiamiento que beneficia directamente a las pequeñas empresas en este momento tan difícil.
(*) Socio de Nicholson y Cano Abogados