Fortuna
Si bien son cuentas en paraísos fiscales como Bahamas, Islas Caimán o Bermudas, se trata de lugar hoy “amigables con el control del sistema financiero internacional”. La apertura de sociedades offshore apunta a blindar a las personas físicas de pagos de impuestos y de posibles filtraciones. Los especialistas que estuvieron asesorando a clientes para abrirlas además apuntan a cuestiones de seguridad, aunque la razón de fondo es tributaria.
“Hubo un boom de apertura de este tipo de cuentas”, aseguró uno de los socios de una de las Big Four –los grandes estudios contables internacionales– sobre los movimientos previos al blanqueo. Se trata de un movimiento que empezó incluso cuando el plan estaba en pleno trámite parlamentario, y que se acentúa a medida que se acerca la entrada en vigor.
Para Felicitas Argüello, socia tributaria del estudio de Nicholson y Cano, hubo mucho movimiento en las cuentas en el exterior, lo que se debe a “un tema de desconfianza, más allá de los intentos de este gobierno. Se teme por cambios a futuro y hay desconfianza en el manejo económico”. Cambiemos, por ahora, sólo tiene cuatro años asegurados. “Con el anuncio del blanqueo hubo un movimiento pero no fue una estampida. Muchas empresas ya operan bajo este sistema”, apunta Adriana Piano, socia de San Martín, Suárez y Asociados (SMS).
Blanquear como empresa. En casos donde las cuentas estaban declaradas a título personal, sin embargo, optaron por volcarse a sociedades. La opción, sin embargo, también puede deberse a un intento de saltear impuestos internos en el país donde está radicada la cuenta, algo frecuente en los casos de los impuestos a la herencia en los Estados Unidos, por ejemplo. “Cuando las cuentas están en un país colaborador, sólo pagan Ganancias cuando se pagan dividendos”, detalló Piano. En el caso de las cuentas que están en países que no participan del intercambio de información, se realiza un cálculo de presunción de renta que puede ser mayor.
La eliminación de bienes personales es un factor decisivo, pero como no está todavía establecido, en lugar de cuentas de personas, se blanquean sociedades. Es una ecuación tributaria. “Si se declara la sociedad, no se pagan Ganancias hasta que no se transformen en dividendos. Es una mejora en lugar de pagar el 35% de bienes personales, aunque en la teoría el impuesto está en vías de ser eliminado”, sostuvo la especialista. Las sociedades permiten, además, incluir bienes y declarar un paquete cerrado de acciones que adentro pueden estar conformados por varios activos. La reglamentación emitida el jueves, en tanto, aclara que cuando los bienes inmuebles, por ejemplo, estén incluidos en una sociedad, pueden declararse individualmente. Así, conviene blanquear un inmueble (con una alícuota del 5%) en lugar de una cuenta (10%). Las cuentas en el exterior incluso se usan para esconder bienes en juicios por manutención y alimentos en casos de divorcio. Y el miedo a que se viole el secreto fiscal preocupa a quienes buscaron moderar así sus declaraciones patrimoniales. “Los reclamos incluso podrían ser retroactivos en este caso”, aclaró Argüello, por lo que el Gobierno deberá poner especial énfasis en que no se filtren los datos.
Riesgo pendrive. “El factor seguridad influye: si se filtra información, queda una acción y no una cuenta, y la acción puede tener muchas cosas adentro”, agregó Piano. En principio, los especialistas estiman que en cuanto a la recaudación del blanqueo “va a quedar mucho afuera” de los activos de los argentinos en el exterior a través de las sociedades offshore.
“Probablemente sólo los que quieran hacer una inversión en inmuebles opten por la repatriación de los fondos”, sostuvo Argüello.
Las dudas también esperan la definición del límite de suscripción de los bonos que propone esta “amnistía”, a tres y siete años. De todas formas, el blanqueo, no exige que se ingresen al país las divisas declaradas, lo que evitaría también una apreciación del peso.